Al echarse en brazos en lo divino y pedir su intervención en nuestra vida, nos sentimos respaldados y seguros. de alguna guisa, la frialdad y la indiferencia, la ingratitud y la error de amor de quienes no te conocen, te desprecian o rechazan. Te doy la gracias por haberme https://youtu.be/2PCQFHWpJL8